El plástico es uno de los residuos que más tiempo tarda en degradarse y, por su liviandad, suele flotar en cursos de agua para luego transformarse en micro plásticos que la fauna confunde con alimento.
Sin dudas, rechazar el uso de bolsas plásticas es el primer paso hacia una vida más sustentable.
Estos materiales de único uso suelen ser descartados rápidamente, muchas veces en lugares inadecuados con el posterior impacto negativo en la infraestructura urbana como en los ambientes naturales que se encuentran en la ciudad.
El plástico, al ser un material volátil y liviano, pero durable en el tiempo, puede escapar fácilmente a la gestión de los residuos y afectar de manera persistente a la infraestructura tapando desagües y pluviales para finalizar en cursos de agua.