Tipos de estufa
Antes de hablar de seguridad, es importante conocer qué tipo de estufa estás usando:
- Estufas a gas tradicionales: usan una llama abierta para calentar. Son comunes en casas sin calefacción central.
- Calefactores catalíticos: queman el gas de forma más eficiente y generan menos monóxido.
- Estufas con ventilador: no usan gas, sino electricidad, pero vale mencionarlas como alternativa.
Principales riesgos al usar estufas a gas
Aunque son prácticas, las estufas a gas pueden presentar varios peligros si no se usan correctamente. Estos son los más comunes:
Monóxido de carbono, el enemigo invisible
El monóxido de carbono (CO) es un gas inodoro, incoloro e insípido que puede acumularse si la combustión del gas no es completa. Puede causar desde dolores de cabeza hasta la muerte por intoxicación grave.
¿Cómo prevenirlo?
- Asegurate de que haya ventilación adecuada en la habitación.
- Instalá detectores de monóxido de carbono cerca de los dormitorios y de los artefactos.
- No uses estufas en espacios cerrados por mucho tiempo.
Problemas de ventilación y humedad
El uso continuo de estufas a gas puede reducir la calidad del aire y aumentar la humedad, lo que favorece la aparición de moho y deterioro en paredes y muebles.
Consejos útiles
Fuga de gas
Una fuga puede provocar incendios o explosiones. Por eso es clave revisar el estado del equipo.
¿Qué hacer ante una posible fuga de gas?
Medidas de prevención
Recomendaciones clave para un uso seguro de estufas a gas en el hogar
Seguí estas buenas prácticas para calefaccionar tu hogar sin correr riesgos:
¿Hay alternativas más seguras a las estufas a gas?
Sí, existen otras opciones para calefaccionar tu hogar con menos riesgos:
- Calefactores eléctricos
- Estufas de queroseno o petróleo (con precauciones)
- Sistemas de calefacción central
- Chimeneas bien instaladas y mantenidas
Las estufas de gas pueden ser grandes aliadas contra el frío, pero solo si se usan con responsabilidad.