Iluminación eficiente: Utilizá lámparas LED y asegúrate de mantenerlas limpias. Las lámparas sucias o en mal estado pueden perder hasta un 50% de su luminosidad. Además, considerá instalar sensores de movimiento y temporizadores en espacios comunes para evitar el uso innecesario de luz.
Uso de la heladera: Abrí la heladera solo cuando sea necesario y asegurate de cerrarla bien después de cada uso. Colocala al menos a 15 centímetros de fuentes de calor, paredes o muebles para mejorar su eficiencia.
Lavado de ropa: Lavá la mayor cantidad de ropa posible utilizando el programa económico de tu lavadora. Siempre que puedas, usá agua fría, ya que el agua caliente consume un 80% más de energía.
Electrónicos: En televisores, reproductores de DVD y equipos de audio, evitá el uso del temporizador, el encendido instantáneo y la posición de espera o stand by. Apagá estos dispositivos completamente cuando no los estés utilizando.
Computadora: Apagá tu computadora cuando termines de usarla. El consumo en modo espera puede ser hasta un 70% del consumo en modo encendido.
Aire Acondicionado: Ajustá el aire acondicionado a 24°C en verano y a 20°C en invierno. Mantené puertas y ventanas cerradas para conservar la temperatura programada por más tiempo. Limpiá los filtros del equipo al menos cada seis meses para asegurar su eficiencia.